05/05/2022 El pasado jueves 5 de mayo, en la plaza de Marmande de Ejea, el Ayuntamiento de Ejea de los Caballeros, la Asociación Amical de Mauthausen y otros campos, y la Delegación de Aragón, organizaron un acto de homenaje a todos aquellos cincovillenses que fueron deportados a campos de concentración. Para ello nos invitaron al alumnado de 1º de Bachillerato de Ciencias Sociales y Humanidades del IES Reyes Católicos y del IES Cinco Villas a participar en el acto de homenaje con la lectura de unos poemas y de la lista de los hombres de las Cinco Villas que acabaron allí. Esta es la lista cuyos nombres los alumnos y alumnas de los dos institutos leyeron, y este es nuestro más sentido homenaje y agradecimiento.

Deportados de la comarca de las Cinco Villas.

– Pablo Aguas Muñoz, nacido en Biel, asesinado en Hartheim.
– Matías Berrogaín Laita, nacido en Biota, asesinado en Dachau.
– Luciano Caneles Bailo, nacido en Biota, liberado en Mauthausen.
– José Cirez Garcés, nacido en Biota, asesinado en Hartheim.
– Valentín Gracia Prado, nacido en Biota, asesinado en Hartheim.
– Romualdo Laplaza Bernad, nacido en Castejón, asesinado en Flössenburg.
– Rogelio Laplaza Bernad, nacido en Castejón, asesinado en Flössenburg.
– Julián López Lázaro, nacido en Castejón, asesinado en Güsen.
– Mariano Barón Oroz, nacido en Castejón, desparecido.
– Juan Olagüe Espert, nacido en Castilliscar, asesinado en Gusen-
– José Francés Jiménez, nacido en Ejea, liberado en Mauthausen.
– Mariano Laborda Arilla, nacido en Ejea, liberado en Mauthausen.
– Ramón Lacima Giménez, nacido en Ejea, asesinado en Gusen.
– Ángel Lambán Abadía, nacido en Ejea, asesinado en Hartheim.
– Ignacio Parral Ripamilán, nacido en Ejea, liberado en Bergen-Belsen.
– Santiago Raga Casanova, nacido en Ejea, liberado en Mauthausen.
– Santiago Alastuey Botaya, nacido en Longás, asesinado en Gusen.
– Pascual Fanlo Mayayo, nacido en Longás, liberado en Buchenwald.
– Gregorio López Mayayo, nacido en Longás, liberado en Dachau.
– Félix Burguete García, nacido en Luesia, evadido en Sourgues.
– Emilio Romeo Romeo, nacido en Luna, liberado en Sachsenhausen.
– Cesáreo Ferrer Carreras, nacido en Puendeluna, asesinado en Gusen.
– Herrero Galé Honorato, nacido en Sos, asesinado en Gusen.
– Robustiano Guerrero Galé, nacido en Sos, asesinado en Dachau.
– José Machín Iriarte, nacido en Sos, liberado en Mauthasen.
– Francisco Cerlanga Larrodé, nacido en Tauste, asesinado en Gusen.
– Juan Cardon Larrodé, nacido en Tauste, asesinado en Mauthausen.
– Joaquín López Raimundo, nacido en Tauste, liberado en Mauthausen.
– Jacinto Acín Ruiz, nacido en Uncastillo, liberado en Ebensee.
– Marcelino Beguería Agón, nacido en Uncastillo, liberado en Mauthausen.
– Ángel Casaús García, nacido en Uncastillo, desaparecido.
– Ángel Pérez Gabás, nacido en Undués-Pintanos, asesinado en Gusen.

VÍDEO DEL ACTO

Valoración del acto por parte de nuestro alumnado:

“Desde mi punto de vista ha sido un acto tan emotivo como necesario puesto que debemos recuerdar la historia para que no se repitan atrocidades como estas. Ojalá lo pudieran haber disfrutado más personas». Cristina Laborda Sagaste, alumna de 1º Bto. CC.SS.

“ El evento de conmemoración a los cincovilleses deportados a campos de concentración, realizado el 5 de mayo, ha sido una experiencia agradable, donde los jóvenes hemos tomado conciencia de las brutalidades que puede hacer un ser humano a otro ser humano».  Víctor Solorzano, Alumno de 1º Bto. CC.SS.

 

Para que ese acto se entienda mejor, hay que mirar atrás y repasar la historia:

Desde el 6 de agosto de 1940, republicanos españoles provenientes de los stalags o campos de prisioneros de guerra, fueron transferidos al campo de concentración de Mauthausen. Se trataba de exiliados que, tras salir de España en 1939, habían sido encuadrados en el Ejército francés y que en el momento de la invasión de Francia por la Wehrmacht fueron capturados por los alemanes. Entre 1940 y 1945 pasaron por Mauthausen y sus subcampos unos 7200 españoles, de los cuales fallecieron 5000.

Formaban parte del medio millón de republicanos que cruzaron la frontera en los últimos meses de la guerra civil, tras la caída de Cataluña ante las tropas franquistas. En Francia, fueron internados en campos de trabajo distribuidos por el sur de país . Al inicio de la Segunda Guerra Mundial, muchos de ellos fueron enviados al frente con uniforme francés —en las filas de la Legión Extranjera o en escuadrones de choque—, o integrados en Compañías de Trabajadores Extranjeros. La mayor parte de estos acabaron capturados por los alemanes en los primeros momentos de la invasión de Francia (mayo–junio de 1940). Tras un paso por los campos de prisioneros de guerra (Stalags) fueron enviados a Mauthausen, donde integraron el grueso del contingente español. Las autoridades alemanas preguntaron a la Dictadura Franquista sobre el destino de los presos españoles que replicó que no existían españoles fuera de sus fronteras; de ahí que los republicanos de Mauthausen llevaran el triángulo azul de los apátridas, con una S —de Spanier— en el centro.

En una segunda fase (después de 1943) los republicanos españoles que llegaban a Mauthausen eran personas detenidas por su actividad en la resistencia francesa. En total, alrededor de 35.000 españoles participaron en la guerra mundial junto a los aliados: cerca de 10.000 acabaron en los campos de concentración alemanes.

Mauthausen pronto comenzó a ser conocido entre los deportados como «El campo de los españoles». Los primeros barracones se remontan a 1938, fueron albañiles españoles quienes construyeron Mauthausen. La labor de la organización española fue crucial, porque cuando en 1942 comenzaron a llegar deportados procedentes de la resistencia francesa y del frente ruso, los españoles eran los veteranos del campo, expertos estrategas en la lucha por la supervivencia, dispuestos a transmitir sus conocimientos a los recién llegados. Por otra parte, al desempeñar diversas actividades en la gestión de Mauthausen, podían ayudar a otros prisioneros. Los españoles que cuidaban la sala de duchas (por poner uno entre otros muchos ejemplos) salvaron la vida a más de un compañero cuando los nazis llevaron a cabo allí ejecuciones masivas mediante la inmersión de grupos de prisioneros durante horas y horas en naves repletas de agua helada hasta la altura de la cintura. La organización clandestina española, además, repartía medicinas robadas de la enfermería y redistribuía la escasa comida que llegaba a los presos, con el fin de asignar más alimentos a los débiles y enfermos.

Convencidos de la victoria aliada, los republicanos españoles decidieron conservar pruebas de la barbarie, para el posterior juicio a los verdugos. Así, por ejemplo Francisco Boix, fotógrafo del campo, hizo copia de todas las fotos que pasaron por sus manos y logró esconderlas hasta el final de la guerra. Gracias a ellas, Boix pudo probar durante los juicios de Nüremberg , la presencia de los jefes de las SS, Albert Speery y Ernst Kaltenbrunner en Mauthausen y demoler así su alegato de que desconocían los campos de exterminio.

Cuando el Ejército norteamericano entró en Mauthausen, el 5 de mayo de 1945, banderas republicanas habían sustituido a las banderas nazis y la puerta del campo estaba cubierta por una gran pancarta en la que se podía leer: «Los españoles antifascistas saludan a las fuerzas libertadoras». La liberación del campo, sin embargo, no significó para los republicanos el final de la guerra comenzada en 1936. Muchos no pudieron volver a la España del franquismo. Es por ejemplos como este que el Gobierno ha establecido el 5 de mayo para honrar a todas y todos los españoles deportados y fallecidos en campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial.

 

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