08/03/2021 Algunas veces, los adultos -y quizás especialmente los adultos docentes- tenemos la sensación de que no conectamos con nuestros jóvenes; nos quejamos de que no nos escuchan, de que no aprenden lo que les transmitimos, de que no aprovechan nuestra experiencia para evitar repetir errores.

Pero algunas de esas veces, nos equivocamos. Porque no solo nos escuchan y observan, sino que también reflexionan y reaccionan.

El pasado fin de semana, uno de esos adultos docentes tuvo una de esas sensaciones desesperanzadas. Y tras compartirla en clase, se produjo una inesperada reacción:

Un vaso tirado al suelo un sábado por la tarde se tradujo, por iniciativa propia de un grupo de alumnos, en una quedada para limpiar un entorno natural.

Porque los mensajes llegan.

Porque nuestros jóvenes nos escuchan.

Porque todos somos agentes del cambio.

¡GRACIAS ALUMNAS Y ALUMNOS!

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